"Nosotros no poseemos la verdad, es la Verdad quien nos posee a nosotros. Cristo, que es la Verdad, nos toma de la mano". Benedicto XVI
"Dejá que Jesús escriba tu historia. Dejate sorprender por Jesús." Francisco

"¡No tengan miedo!" Juan Pablo II
Ven Espiritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu para darnos nueva vida. Y renovarás el Universo. Dios, que iluminaste los corazones de tus fieles con las luces del Espíritu Santo, danos el valor de confesarte ante el mundo para que se cumpla tu plan divino. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

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miércoles, 5 de junio de 2013

San Bonifacio, 5 de junio


Llamado el "Apóstol de Alemania" por haber evangelizado sistemáticamente las grandes regiones centrales, por haber fundado y organizado iglesias y por haber creado una jerarquía bajo la jurisdicción directa de la Santa Sede. Sus dones de misionero y reformador generaron importantes frutos. 
 
Winfrido (su nombre de bautizo) se trasladó de muy joven a la abadía de Nursling, en la diócesis de Winchester, donde se le nombró director de la escuela. Ahí escribió la primera gramática latina que se haya hecho en Inglaterra. A la edad de 30 años recibió las órdenes sacerdotales y se dedicó al estudio de la Biblia. En el año 718 el Papa San Gregorio II otorgó a Winfrido un mandato directo para llevar la Palabra de Dios a los herejes en general. El Santo partió inmediatamente con destino a Alemania, cruzó los Alpes, atravesó Baviera y llegó al Hesse.

En poco tiempo, pudo enviar a la Santa Sede un informe tan satisfactorio que el Papa hizo venir al misionero con miras a confiarle el obispado. El día de San Andrés del año 722, fue consagrado obispo regional con jurisdicción general sobre Alemania. Bonifacio regresó a Hesse y como primera medida, se propuso arrancar de raíz las supersticiones paganas que eran el principal obstáculo para la evangelización. En el año 731, el Papa Gregorio III, sucesor de Gregorio II, mandó a San Bonifacio el nombramiento de metropolitano para toda Alemania más allá del Rhin, con autoridad para crear obispados donde lo creyera conveniente. En su tercer viaje a Roma fue nombrado también delegado de la Sede Apostólica. San Bonifacio y su discípulo San Sturmi fundaron en el año de 741 la abadía de Fulda, que con el tiempo se convirtió en el Monte Cassino de Alemania.

Años más tarde, cuando el Santo se disponía a realizar una confirmación en masa, en la víspera de Pentecostés, apareció una horda de paganos hostiles que atacó al grupo brutalmente. El cuerpo del Santo fue trasladado al monasterio de Fulda, donde aún reposa.

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