Los Cinco Minutos de María |
Aunque neguemos a María, y nos olvidemos de ella, no destruímos la realidad de María, no hacemos que María deje de cumplir su función maternal.
Los que perderemos seremos nosotros; nos veremos privados de luz, de fuerzas, de entuciasmo, de calor del regazo materno, de las bondades del Corazón de nuestra Madre; pero esto será no por culpa de María, sino por responsabilidad nuestra.
Triste es la orfandad, pero inmensamente más triste es la orfandad voluntaria; no conocer a la madre es causa de amarga epna; ¿qué será no quererla reconocer y aceptar?
María quiere iluminar toda nuestra vida con la luz del Evangelio.
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