"Nosotros no poseemos la verdad, es la Verdad quien nos posee a nosotros. Cristo, que es la Verdad, nos toma de la mano". Benedicto XVI
"Dejá que Jesús escriba tu historia. Dejate sorprender por Jesús." Francisco

"¡No tengan miedo!" Juan Pablo II
Ven Espiritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu para darnos nueva vida. Y renovarás el Universo. Dios, que iluminaste los corazones de tus fieles con las luces del Espíritu Santo, danos el valor de confesarte ante el mundo para que se cumpla tu plan divino. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

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jueves, 21 de agosto de 2008

Santa Eulalia de Barcelona, 12 de Febrero

Eulalia de Barcelona, Mártir
Virgen y Mártir
12 de Febrero

El Martirologio Romano conmemora a dos santas de nombre Eulalia, una el 12 de febrero y la otra el 10 de diciembre. La primera, venerada en Barcelona, padeció el martirio bajo Diocleciano (284-305); la segunda, mártir en Mérida durante la tetrarquía (Maximiano, Constancio, Diocleciano y Galerio), del 292 al 305. La Pasión de Eulalia se inspira en el tercer himno del Peristephanon que el poeta Aurelio Prudencio escribió hacia el 405 en honor de la mártir española. Según la descripción de Prudencio, Eulalia es una niña de apenas 13 años a quien el padre, para alejarla de los peligros de la persecución anticristiana, la lleva lejos de la ciudad de Mérida, confiándola a una familia amigo en el campo.
Eulalia abriga en su corazón la esperanza de ser contada entre quienes merecen la palma del martirio. De noche huye del pueblo y se presenta al juez de Mérida. Jadeante y fatigada por el largo viaje, tímida y audaz al mismo tiempo, dice sólo una palabra: “¡Creo!”. Más locuaz es Eulalia de Barcelona, que llena al prefecto Daciano de reproches por la persecución que ha iniciado. Es su profesión de fe en Cristo. El magistrado se conmueve y, para salvar a esa joven, trata en vano de convencerla hacia la idolatría. Después intenta doblegar su firmeza con la tortura. Las puntas agudas que le clavan en sus tiernas carnes no logran absolutamente nada.
Rodeado de antorchas ardientes, el cuerpo de la niña Eulalia se consume como una víctima sacrifical colocada sobre la hoguera. Cuando la valiente mártir reclina la cabeza, sale de su boca una cándida paloma que sube hacia el cielo por entre las negras nubes. Luego descienden copos de nieve que cubren el cuerpo despedazado y ennegrecido de la mártir. El culto de Eulalia, en su doble versión hagiográfica, es muy difundido en España y en Francia; a comienzos del siglo V ya se le había construido una basílica en Mérida.

1 comentario:

ALEXIAARG dijo...

Desde mi viaje a Barcelona en el 2008, sigo a Eulalia con muchísima fe,,siempre está conmigo,,Ella me encontró a mi una tarde fría de enero como es mi costumbre cada vez que llego a una gran ciudad visito su catedral,,,y Barcelona no sería la excepción a la regla,,,El hecho es que un impulso que no puedo explicar me llevó hasta ella,,,baje por la escalera tapizada de una gran alfombra color carmín y descubrí su cripta,,,me emocionó su historia,,y desde entonces nuca mas la abandoné

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