"Nosotros no poseemos la verdad, es la Verdad quien nos posee a nosotros. Cristo, que es la Verdad, nos toma de la mano". Benedicto XVI
"Dejá que Jesús escriba tu historia. Dejate sorprender por Jesús." Francisco

"¡No tengan miedo!" Juan Pablo II
Ven Espiritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu para darnos nueva vida. Y renovarás el Universo. Dios, que iluminaste los corazones de tus fieles con las luces del Espíritu Santo, danos el valor de confesarte ante el mundo para que se cumpla tu plan divino. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

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jueves, 21 de agosto de 2008

San Sergio, Mártir, 24 de Febrero

Mártir
Febrero 24

Los varios Martirologios enumeran muchos santos con este nombre. El más popular es el reformador de la vida monástica en Rusia, que nació en 1314 de una noble familia de la región de Rostov, que después emigró a Redonez en la región de Moscú, después de haber perdido todas sus posesiones. La difusión del nombre Sergio en Rusia y en los países eslavos (y también en Occidente) se debe a la devoción hacia el “padre del monaquismo” en la Rusia septentrional, muerto el 25 de septiembre de 1392, fecha en la que se celebra su memoria.Otro santo con este nombre es el Papa Sergio I, recordado el 8 de septiembre, oriundo de Siria, pero residente en Roma, después que su familia se trasladó a Palermo para huir de los invasores mahometanos. En el año 683 fue ordenado sacerdote y cuatro años después fue elegido Papa. Inmediatamente tuvo que demostrar firmeza en la guía de la Iglesia por la presencia en Roma de dos antipapas, Teodoro y Pascual, y por la amenaza de intervenciones por parte del emperador Justiniano II, que exigía de él la firma de los cánones del concilio Trulano, muchos de los cuales eran claramente tendenciosos. “Prefiero morir antes que consentir en el error”, fue la respuesta del Papa.San Sergio, cuya fiesta se celebra hoy, fue un mártir de Cesarea de Capadocia, casi ignorado por las fuentes hagiográficas griegas y bizantinas. Tuvo una cierta popularidad, gracias a una Passio latina que así nos describe su martirio: Durante las celebraciones anuales en honor de Júpiter, en la época del emperador Diocleciano, el gobernador de Armenia y Capadocia, Sapricio, cuando estaba en Cesarea, ordenó que fueran convocados ante el templo pagano todos los cristianos de la ciudad a rendir culto a Júpiter. Entre la multitud compareció también Sergio, un anciano magistrado, que desde hacia tiempos había abandonado la toga para llevar vida eremítica.Su presencia produjo el efecto sorprendente de apagar los fuegos preparados para los sacrificios. Inmediatamente se atribuyó la causa del extraño fenómeno a los cristianos que con su rechazo habían irritado al dios. Sergio se adelantó y explicó que la razón de la impotencia de los dioses paganos había que buscarla muy arriba, en la omnipotencia del verdadero y único Dios, que adoraban los cristianos.Sergio fue arrestado y llevado ante el gobernador, que con un juicio sumario lo condenó inmediatamente a la decapitación. Pronto ejecutaron la sentencia: era el 24 de febrero. Los cristianos recogieron el cuerpo del mártir y lo enterraron en la casa de una piadosa mujer. De ahí fueron llevadas las reliquias a España, a la ciudad de Ubeda, en Andalucía.

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